Honoring the Earth, Acknowledging the People

(Vea la versión en español a continuación

By Dr. CINTLI

In some circles, people honor the Earth on April 22. It wasn’t always that way. But there was something peculiar about that day in 1970. Yes. It was historic, but it was virtually an all-White affair. And it did not go unnoticed. There was concern for the Earth, air and water, and yet, human beings, did not exactly factor into the equation.

It was not too long before activists of color began to notice that the worst toxic sites in the country, the worst polluted air and waters were most concentrated in or near communities of color, especially on tribal lands, yet, nary a word by the mainstream environmental movement. Despite that, it was a giant leap forward relative to when corporations had carte blanche to pollute everywhere and anywhere, whenever they felt like polluting, with complete impunity.

When people honor the Earth, in general, the human beings that inhabit the Earth, are not always factored in, especially in the United States. That is, many view the land as sacred, something to be protected, but often see human beings, at best, as usurpers. This is most true when the peoples in question have brown skin.

This applies to Indigenous peoples to what is today the United States or people that are Indigenous to what is today called the Americas.

To be sure, if one fails to honor human beings, while honoring the Earth, then that honoring is actually worthless.

This can be true anywhere, but this is even more pronounced in the United States where environmental consciousness is high, relative to the rest of the world, this while attitudes towards people who are Indigenous to the land, and to Black and Brown peoples, holds them to be at best, anachronistic and “in the way.”

More than that, they are seen as less than human, too many - which forms one reason to deport — and peoples to exploit, essentially, peoples that society believes do not belong in this country. For Brown peoples, de-Indigenization is key to this view. Peoples that are clearly Indigenous to this continent have been defined as not Indigenous and alienized, essentially, remanded to be treated as less than human, this by peoples who unquestionably descend from Europe. And in this case, we are talking about millions of peoples, primarily from Mexico and Central America.

But “honoring the land” — especially on Earth Day, must go on. It is generally a bipartisan affair, and again, as long as human beings are not factored in.

Ironically, in a seemingly unrelated matter, “land acknowledgements” have become status quo, primarily at colleges and universities. What this entails is acknowledging on whose land they sit atop. And that acknowledgment is usually but a paragraph, with no reparations involved. Simply putting that paragraph on letterhead is good, but is effortless. If a university commits to strengthen its Native Studies programs, it’s recruitment efforts of students, staff and faculty, and if it supports community programs, etc, that would be a start.

But part of that recruitment effort should be localized and also, in support of tribal colleges. It should also include supporting Dreamers, many of whom are Indigenous themselves, displaced by war, violence and forced migrations, many of whom were infants who had no choice in determining their migration status.

What else could be done? Most colleges and universities have academic presses, libraries and museums. Initiatives could be created to publish Indigenous works in Indigenous languages. Libraries could support these works by making them easily available to their campus and surrounding communities. Museums can inventory their Indigenous artifacts and remains that are either on display or stored in warehouses. This includes artifacts from throughout the Americas. Pretty much anything pre-Columbian is looted. And colleges and universities and their museums are absolutely implicated in this looting. They should be returned.

At the same time, perhaps colleges and universities should deed some of their land back, to the appropriate tribes or nations. To be remembered is that stolen land remains stolen.

All this can compliment the celebration of Earth Day. And it is not even a choice. With climate change destruction advancing at lightning speed, the concept of stewardship is more important than ever. The UN’s recently released climate change study has warned that the planet has less than 20 years toward an extreme and permanent ecological crisis.

Can the impending climate disaster be averted?

The report asserts that we are already in the middle of this crisis, affecting almost half the world’s population. It reports that 15 times more people from Africa, South Asia and Central and South America have died between 2010-2020 from climate disasters than other parts of the world.

The report does offer a glimmer of hope; only a radical change in the world’s energy consumption, which is highly unlikely, can save the planet.

Roberto Dr. Cintli Rodriguez is an associate professor emeritus at the University of Arizona Mexican American Studies and is the author of several books, including “Our Sacred Maiz is Our Mother” (2014), “Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World” (2019) and “Writing 50 years Amongst the Gringos,” published recently by Aztlan Libre Press. Email XColumn@gmail.com.

Honrando la Tierra, reconociendo a las personas

Por Dr CINTLI

En algunos círculos, la gente honra a la Tierra el 22 de abril. No siempre fue así. Pero había algo peculiar en ese día de 1970 en los Estados Unidos. Sí. Fue histórico, pero fue prácticamente un asunto de las comunidades blancas. Y no pasó desapercibido. Había preocupación por la tierra, el aire y el agua y, sin embargo, los seres humanos no entraban exactamente en la ecuación.

No pasó mucho tiempo antes de que los activistas de color comenzaran a notar que los peores sitios tóxicos del país, el aire y las aguas más contaminados estaban más concentrados en o cerca de las comunidades de color, especialmente en tierras tribales, sin embargo, ni una palabra de la corriente principal del movimiento ambiental. A pesar de eso, fue un gran paso adelante en comparación con cuando las corporaciones tenían carta blanca para contaminar en todas partes y en cualquier lugar, cuando quisieran contaminar, con total impunidad.

Cuando las personas honran la Tierra, en general, los seres humanos que habitan la Tierra, no siempre son tomados en cuenta, especialmente en los Estados Unidos. Es decir, muchos ven la tierra como sagrada, algo que debe protegerse, pero a menudo ven a los seres humanos, en el mejor de los casos, como usurpadores. Esto es más cierto cuando los pueblos en cuestión tienen la piel morena.

Esto se aplica a los pueblos indígenas de lo que hoy son los Estados Unidos o las personas que son indígenas de lo que hoy se llama las Américas.

Sin duda, si uno no honra a los seres humanos, mientras honra a la Tierra, entonces ese honor es en realidad inútil.

Esto puede ser cierto en cualquier lugar, pero esto es aún más pronunciado en los Estados Unidos, donde la conciencia ambiental es alta, en relación con el resto del mundo, mientras que las actitudes hacia las personas que son Indígenas de la tierra y hacia los pueblos Afroamericanos y de la Raza se mantienen, en el mejor de los casos, anacrónicos y "en el camino".

Más que eso, son vistos como menos que ser humanos, demasiados, lo que constituye una razón para deportar, y pueblos para explotar, esencialmente, pueblos que la sociedad cree que no pertenecen a este país. Para la Raza, la desindigenización es clave para este punto de vista. Pueblos claramente Indígenas de este continente han sido definidos como no Indígenas y extranjeros, en esencia, remitidos a ser tratados como menos que ser humanos, esto por pueblos que indiscutiblemente descienden de Europa. Y en este caso, estamos hablando de millones de personas, principalmente de México y Centroamérica.

Pero “honrar la tierra”, especialmente en el Día de la Tierra, debe continuar. Por lo general, es un asunto bipartidista y, de nuevo, siempre que no se tenga en cuenta a los seres humanos.

Irónicamente, en un asunto aparentemente no relacionado, los “reconocimientos de tierras” (land acknowledgements) se han convertido en el statu quo, principalmente en colegios y universidades. Lo que esto implica es reconocer en qué tierra se sientan. Y ese reconocimiento suele ser solo un párrafo, sin reparaciones involucradas. Simplemente poner ese párrafo en papel con membrete es bueno, pero no requiere esfuerzo. Si una universidad se compromete a fortalecer sus programas de estudios nativos, sus esfuerzos de reclutamiento de estudiantes, personal y profesores, y si apoya programas comunitarios, etc., eso sería un comienzo.

Pero parte de ese esfuerzo de reclutamiento debe ser localizado y también en apoyo de los colegios tribales. También debe incluir el apoyo a los Dreamers, muchos de los cuales son Indígenas, desplazados por la guerra, la violencia y las migraciones forzadas, muchos de los cuales eran bebés que no tenían otra opción para determinar su estatus migratorio.

Que mas se podría hacer? La mayoría de los colegios y universidades tienen editoriales académicas, bibliotecas y museos. Se podrían crear iniciativas para publicar obras Indígenas en lenguas Idígenas. Las bibliotecas podrían apoyar estos trabajos haciéndolos fácilmente disponibles para su campus y las comunidades circundantes. Los museos pueden inventariar sus artefactos y restos Indígenas que están en exhibición o almacenados en almacenes. Esto incluye artefactos de todas las Américas. Casi todo lo precolombino es saqueado. Y los colegios y universidades y sus museos están absolutamente implicados en este saqueo. Deben ser devueltos.

Al mismo tiempo, tal vez los colegios y universidades deberían traspasar parte de sus tierras a las tribus o naciones apropiadas. Hay que recordar que la tierra robada sigue siendo robada.

Todo esto puede complementar la celebración del Día de la Tierra. Y ni siquiera es una elección. Con la destrucción del cambio climático avanzando a la velocidad del rayo, el concepto de administración es más importante que nunca. El estudio sobre cambio climático publicado recientemente por la ONU advierte que el planeta tiene menos de 20 años hacia una crisis ecológica extrema y permanente.

¿Se puede evitar el inminente desastre climático?

El informe afirma que ya estamos en medio de esta crisis, que afecta a casi la mitad de la población mundial. Informa que 15 veces más personas de África, el sur de Asia y América Central y del Sur han muerto entre 2010 y 2020 a causa de desastres climáticos que en otras partes del mundo.

El informe ofrece un rayo de esperanza; solo un cambio radical en el consumo mundial de energía, que es muy poco probable, puede salvar el planeta.

Roberto Dr. Cintli Rodríguez es profesor asociado emérito en la Universidad de Arizona y es autor de varios libros, incluido "Yolqui: un guerrero convocado desde el mundo espiritual". También dirige el Raza Killings Database Project: Xcolumn@gmail.com

From The Progressive Populist, May 1, 2022


Populist.com

Blog | Current Issue | Back Issues | Essays | Links

About the Progressive Populist | How to Subscribe | How to Contact Us


Copyright © 2022 The Progressive Populist